En uno de los días más fríos del año, con temperaturas que realmente no estamos acostumbrados, ello no fue impedimento para que la feligresía se volcara masivamente. En la tarde de hoy, domingo 16, se realizo una Procesión y posterior Misa en el Templo Parroquial conmemorando el Día de la Virgen del Carmen, Patrona de nuestro pueblo, y que da nombre a nuestra querida Parroquia. Pocas veces se vio el Templo tan colmado, con devotos que siguieron la Misa de pie ante la falta de espacio.
En la Procesión, participaron los grupos de catequesis, los centros misioneros, gran cantidad de vecinos que se sintieron motivados por esta fecha, y se hizo un breve recorrido por las calles que rodean la Plaza 1810, con los fieles agitando sus pañuelos en honor a la Virgen y entontando cánticos.
En su Homilía, el Padre Claudio Mosca expresó: “Celebramos a la Madre, que es la que nos convoca. Nuestra Sra. del Carmen, nuestra Patrona de nuestro pueblo. Esto significa poner nuestra mirada y reconocerla a ella como quien nos custodia, nos cuida y nos protege. En esta oportunidad, hemos querido poner el acento en un aspecto, por eso hemos elegido un ruego a la Virgen que nace del corazón de todos nosotros. Creemos de verdad que María es nuestra madre, porque Jesús nos la dejó como tal”.
Enfatizó que: “Un aspecto muy particular es la esperanza. Muchos motivos tenemos para perderla, en la vida de cada familia hay muchas razones, a veces porque estamos enfermos, y esto no tira para abajo. Otras veces porque hemos perdido a un ser querido, nos duele y sentimos que tenemos una mochila en el hombro. Sucede también que la plata no nos alcanza, y no podemos tener todo lo que quisiéramos sobre la mesa, lo cual nos roba la esperanza. Muchas veces ponemos nuestra esperanza y creamos expectativas en aquello que nos defrauda, que nos lleva al fracaso. Por eso queremos mirarla a María y pedirle a ella, que es Madre de Esperanza, que nos bendiga estando con nosotros, acompañándonos, sosteniéndonos (…) La Virgen estará hoy y siempre junto al dolor de cada uno de los suyos”.
“Cuando nos pasa algo que nos duele, siempre pedimos la presencia de nuestra madre, en las horas difíciles y duras las madres siempre están junto a sus hijos, y lo mismo sucede con la Virgen, no se “borra”, siempre estará junto al que sufre para sostenernos”, sostuvo el sacerdote.