Lobos 24 Un nuevo concepto en información
Noticias Relacionadas
Tal como estaba previsto, anoche se llevó a cabo una vigilia por el Día de la Memoria, organizada por el Colectivo de diferentes agrupaciones y organizaciones de DD. HH. de nuestra ciudad. A 47 años de la noche más oscura de la vida institucional de nuestro país, en esta ocasión numeroso público se dio cita en la esquina de Buenos Aires y 25 de Mayo para evocar ese triste episodio que significó el comienzo de la violaciones a los Derechos Humanos, y el Terrorismo de Estado que imperó hasta 1983, con el regreso de la democracia. Esta actividad en la Plaza 1810 se reanudó luego de 2 años en las que no pudo realizarse debido a la pandemia.
En esta oportunidad, brindó su testimonio Diego Barreda un ex trabajador del Astillero Río Santiago, quien fuera secuestrado por los grupos de tareas de la dictadura y pasó por numerosos Centros Clandestinos de Detención donde fue víctima de torturas y tormentos. Con una mirada amplia, Barreda trazó dentro de un contexto histórico las aspiraciones que tenía la juventud a fines de la década de ’60. Dijo que cuando asumió Onganía como Presidente “de facto”, varios pensaron que venía lo peor; no obstante, la Junta Militar de 1976 perpetró daños, crímenes, robos de bebés, y hechos aberrantes de mayor magnitud. Aunque claro está, lo manifestó sin ánimo de caer en una comparación entre ambos regímenes. También reivindicó el Juicio a las Juntas y sostuvo que ello puso a la Argentina a la vanguardia dentro de los países de la región, en el marco de lo que se dio a conocer como Plan Cóndor y que consistió en instalar dictaduras militares en casi toda Sudamérica, con consecuencias devastadoras.
Diego permaneció en cautiverio varios años, primero estuvo detenido en el El Pozo de Quilmes y luego en El Pozo de Banfield, y compartió con los asistentes aquel miedo e incertidumbre que lo embargaron con total franqueza y sin rodeos. Reconoció que a otras personas les cuesta más hablar de esos padecimientos, pero en su caso no sólo expuso sus vivencias, sino que permitió que el público le hiciera preguntas y que se sacaran las dudas que tuvieran.
Silvana Nicolini, en nombre del colectivo, fue la oradora que dio inicio el encuentro. En tal sentido, expresó: “Nos encontramos en esta vigilia, suturando con arte las heridas que aún duelen, y esto no es más que un acto de resistencia que nos obliga a ejercitar la memoria, acto de recordar, reflexionar y concientizar colectivamente sobre las graves consecuencias de la última dictadura”.
“Hay pasados que no pasan y esta noche, en vísperas de un nuevo aniversario del golpe, aún podemos ver las secuelas de esos años de horror, en los más de 300 nietos que faltan, en el negacionismo de quienes dicen no son 30.000 los desaparecidos, en esa parte de la sociedad que insiste en la teoría de los dos demonios, en la lentitud de los juicios, en las salidas paulatinas, cobardes y silenciosas de los genocidas que aún no han cumplido sus condenas, y aún se benefician de ciertos espacios de poder”, añadió la docentes.
“Nos convoca también la fuerte convicción de comprometernos en la defensa de los valores democráticos que este año cumplen 40 años de vigencia en la Argentina”, resaltó, al tiempo que recordó a Hebe de Bonafini, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo fallecida en 2022.
Manteniendo la dinámica de las vigilias de años anteriores, distintos artistas locales participaron de la jornada conmemorativa con sus interpretaciones en música, teatro, danza y literatura, y se proyectaron los documentales realizados por Carolina Vinay.
Y a la medianoche, luego de entonar el Himno Nacional, fue Federica Citaroni quien llevó adelante la intervención artística para colocar el pañuelo blanco en la figura del Monumento a la Madre ubicado en el centro de la Plaza.
