Lobos 24 Un nuevo concepto en información
Noticias Relacionadas
Marcia Susena (49), candidata a concejal por J X C, participó como invitada del programa de TV “Café Doble” (que se emitirá este miércoles 22 por Lobos Digital), y en una entrevista con LOBOS 24 y la señal de cable, nos trazó una semblanza de su vida y trayectoria. Ante una pregunta que le hicimos para “romper el hielo” y empezar la charla, sostuvo: “Mi infancia transcurrió en Lobos, en mi casa de la Av. Alem, y realmente yo tuve la suerte de tener la contención de mi familia. Somos cuatro hermanos, crecimos casi sin diferencia de edad, cada uno de nosotros nos llevamos un año. Y la realidad es que cuando empecé ese proceso de transformación, sabía que mi vida iba a ser diferente porque estaba desarrollando mi autopercepción. Fue bastante prematuro ese proceso, bordeando la adolescencia, porque yo ya tenía muy claro que me sentía una mujer. A partir de ahí empezó un camino con muchas situaciones de bullying, de violencia, pero con el tiempo entendí que el desconocimiento es el arma más peligrosa. En esa época era muy difícil para muchas personas entender que el hecho de ser diferente no era por una cuestión de rebeldía. La gente sentía que nosotras queríamos ir en contra de las normas de la sociedad, cuando esas pautas sociales se construyen entre todos”.
“Hasta los ’90, por darte un ejemplo, se creía que el virus del Sida se contraía solamente entre homosexuales, y todas sufrimos ese prejuicio, pero de parte de un sector. Te digo esto porque ahora trato de tener una visión más amplia y sé que no toda la sociedad nos discriminó. Pero sí lo sufrí yo y todas las chicas que estaban en mi misma condición. Nos acompañábamos mucho, porque hoy en día al ser una persona adulta, entiendo muchas cosas, en mi caso soy consciente de que en mi familia fue difícil aceptarlo. Para mis padres, sobre todo. Tuvimos varias charlas, y pienso que ellos ya pensaban lo que iba a ser mi modo de vida. Más que nada, ellos tenían temor porque sentían que esa elección sexual me iba a llevar a un punto muy limitado en ciertos aspectos, y lo que intentaban era protegerme y darme lo mejor que pudieran. Y me hubiese gustado que otras chicas trans hubieran tenido la misma posibilidad. Es muy triste cuando uno no se siente acompañada por su familia en momentos específicos de la vida, y les agradezco todo lo que hicieron por mí. A mí no me condenaron, pero sé de casos de mujeres trans que cuando manifestaron su sexualidad se quedaron sin amigos, sin trabajo, sin nada. Entonces no teníamos alternativa, yo me prostituí, no puedo negar mi pasado. No me avergüenzo de ello, pero no lo volvería a hacer. Lo hice del mismo modo que otras chicas, y también hay hombres, que coloquialmente se conocen como taxy boys. Vos recordarás aquella famosa “zona roja” en el Rosedal de Palermo de la cual todos los medios de Capital se hicieron eco, y bueno, acá en Lobos había algo así también. Claro que siempre existió esa doble moral, que los señores que eran nuestros clientes después se comportaban como padres de familia ejemplares o hacían chistes homofóbicos en los asados”, enfatizó Susena.
“Hoy vemos que a las personas que no necesariamente son heterosexuales se les otorga mayor inserción y participación. El año pasado fue Myriam Lucavalli quien me preguntó si quería integrar el Consejo Consultivo de la Diversidad que se creó recientemente, y desde luego acepté. Sé que hay gente que ha cuestionado la composición del mismo, pero creo que se ha invitado a diferentes organizaciones o agrupaciones a tener participación ciudadana. Y las organizaciones feministas ya venían haciendo un gran trabajo, nosotros dentro del Consejo nos pusimos a disposición, pero no podemos conformar a todos, o quizás sintieron que no era el espacio que ellas necesitaban. Los mismo pasa con el HCD: yo no legislaría solamente sobre la relacionado al grupo LGTB, porque representaría a todos los ciudadanos y no a una minoría sexual a la cual pertenezco”, argumentó.
SER UNA MUJER TRANS EN LOBOS
“En mi caso, es simple lo que me pasó: lo que veía en mi cuerpo no era lo que yo sentía, y así fui forjando mi identidad de género. Nunca padecí temor al que dirán, y no hay un plazo determinado en el cual uno logra expresar lo que siente. Más que discriminarnos en la calle, lo que veía yo y mucha gente era que para algo tan natural como estar en un bar tomando algo o ir a un boliche no éramos bien recibidas, nos miraban mal o directamente no nos dejaban ingresar”.
“Ahora se habla mucho de «salir del closet», y si un hombre, por ejemplo, formó una familia y en determinado momento tiene la necesidad de decir que es gay, debemos pensar que no hay un momento o un día específico para expresar eso que vos tenías reprimido. No hay nada escrito, por supuesto que puede generar conflictos, pero supongamos que después de 20 años de casada esa mujer se da cuenta de que su marido es gay. La pregunta es si durante ese tiempo a vos como mujer te hizo feliz y te dio lo mejor, si caminó la vida con vos… y después cada uno pedirá perdón a su manera. También tiene que ver con la aceptación, que es algo muy íntimo y personal. Yo, como te mencionaba, tuve la suerte de estar acompañada, y cada una de nosotras pudo dar lo mejor que tenía”, agregó Marcia con visible emoción.
“Mi transición empezó siendo muy chica, y fue un proceso bastante audaz porque no había políticas de género o de salud pública que permitieran hacerse un tratamiento. Y obviamente hubo un cambio de aspecto en mí: en el cuerpo, en la ropa… cuando decidí cómo quería mostrarme, todo se hizo más fácil. La risa, las chicanas, las burlas, persistieron durante varios años. Pero a mí no me importó. Te reitero, pienso que todas quienes integramos el colectivo LGBTI fuimos valientes en ese sentido”, concluyó, en este fragmento de la entrevista televisiva que, esperamos, sea del agrado de la audiencia.
